miércoles, 6 de enero de 2010

Simplemente soñar

Anoche soñé que volaba. Mis alas se extendían elegantemente saludando al cielo estrellado oculto tras un velo de contaminación. Salí por la ventana de mi habitación y volé. Atravesé el humo y vislumbré, al fin, mis amadas estrellas. Un mar de luces relampagueantes se abría a mis ojos.
Tan sólo me dejé llevar.
Cuando desperté, mi corazón se encogió. Había saboreado la libertad en todo su esplendor y la realidad cruel me la arrebató de mis manos.

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