miércoles, 4 de enero de 2012

Nuevo año... vuelvete a levantar.

He reído, he llorado, he amado intensamente, me han decepcionado, he hallado, he luchado y vencido, a veces he perdido, pero nunca me he dejado de levantar... Me he asfixiado, he gritado y pegado, me he enfadado, he estado a punto de dejarlo todo y no volver a intentarlo, pero nunca me he dejado de levantar... Por que de eso se trata, vivir, darlo todo de tu ser, arriesgar y fallar, pero volviendo a intentar, probar, errar o acertar, no importa siempre y cuando te vuelvas a levantar...

Y yo eso lo olvidé. Olvidé levantarme, dejando que una mano fría y oscura me arrastrara al fondo de mis más temidos miedos. Simplemente me dejé caer en un pozo del que no salí hasta que exploté; dije hasta aquí no más y desperté, luché, me agarré a todo lo que pude y encontré lo más bello que alguien hundido podía encontrar: la sonrisa de un niño agradecido por tu empeño, por tu dedicación y tu generosidad. Seguí entonces buscando y me vi volando con las alas de mi blanca paloma, que me ayudaron a salir del pozo. Pero no me conformé. Continué y me topé con decenas de caras nuevas que me abrían la puerta a lo desconocido; mi pasaporte para empezar.

Y aunque después he vuelto a tropezar, a llorar y gritar me he dado cuenta de que, con amigos de verdad, todo se puede superar.
Dejo atrás un año que yo creía malo, pero que en realidad me ha enseñado a madurar, a ver que todo esto forma parte de la vida, y que nunca, nunca, me tengo que dejar de levantar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario