miércoles, 20 de marzo de 2013

Te siento, porque tú eres yo

Siento tu soledad pegada a mi corazón, como una mano de hielo que congela mis emociones, que me entumece el alma y que me llena de temor.
Puedo notar tu angustia, tu desesperación; tus lágrimas son mis lágrimas, tu dolor es mi dolor.
Toda la impotencia que nace de mi interior brota en tus ojos decepcionados, espejos de ausencia de vida, anhelos de momentos tranquilos, de brisas coloridas, arco iris de infancia, de inocencia, de pureza...
No me importa que me hieras, porque hieres sin razón, porque tus palabras no son tuyas; son de tu otro yo.
Coge mi mano y refugiate en mis alas, déjame compartir tu dolor. Deposita en mis hombros tu carga; entre dos siempre es mejor.

Aunque ahora distancia me pides, aunque ahora mi mano rechaces, tus lágrimas siempre serán mías; tu alegría, de las dos; tu dolor será compartido, y todo tuyo, siempre, será mi amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario